Por Venancio Acosta Padrón.
La comitiva suele hacer un alto
en la travesía para detenerse unos instantes frente al solar donde estuvo
ubicada la antigua ermita de San Juan, hoy completamente desaparecida, pero que
la tradición centenaria demanda un pequeño alto en el camino, en recuerdo de
aquellas primeras Bajadas en que si estaba la ermita.
La procesión reanuda el camino y
al llegar al Ayuntamiento atraviesa la antigua Plaza del Cabildo para
finalmente dirigir sus pasos hacia la Iglesia Matriz de la Concepción, donde permanecerá
la Imagen gran parte del mes siguiente.
A la llegada a las puertas del
templo, la imagen es recibida por los miembros del Clero insular, y el asiento
o corso de la Imagen será portado por cuatro sacerdotes por el interior de la
Iglesia hasta llegar al altar mayor donde es colocad la Imagen.
La llegada a la Iglesia Matriz de
la Concepción y el posterior retumbar de los tambores en el interior del templo,
es quizás el momento más emotivo que tiene lugar el día de la Bajada.
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